sábado, 19 de diciembre de 2015

CUANDO SANTIAGO ERA SANTIAGO Y LAS ÁGUILAS LAS ÁGUILAS

Tony Rodríguez
Santiago.- La expresión de un mago barrial, Cucharimba de Los Ciruelitos, elevó a la gloria a la ciudad ubicada en el corazón del mapa dominicano: “Santiago es Santiago, la Ciudad Corazón”.  Un verso mineral con categoría de diamante.
 Pero qué significado tiene la frase Santiago es Santiago, es una expresión vacía, o tal vez dice que es una ciudad y un municipio atosigado por la basura, de delincuencia y caos vial.
Una ciudad impactada por la migración de los pobres de los campos dominicanos y haitianos.
Una ciudad con las áreas verdes invadidas, con las aceras ocupadas por vendedores informales y donde un mercado de trapos hace metátasis en todos los espacios urbanos.
Santiago se llenó de dólares con las remesas e inversiones que comenzaron a llegar en los 80s auspiciadas por los denominados dominican york.
Santiago vio inflar su economía en la década referida con más de 60 mil salarios pagados por las zonas francas.
Santiago se llenó de basura, de motoconchistas y deliverys, de atracadores, sicarios, chapiadoras y migrantes desesperados ocupantes de aceras áreas “protegidas”.
Santiago perdió la virginidad de pueblo, vio crecer su inventario inmobiliario hacia arriba y a todos los puntos cardinales. 
En medio de la abundancia y el desorden, se acuñaron expresiones de orgullo como el Estadio más alegre del país, el Teatro, la Arena, el Monumento…
Santiago envió al Palacio Nacional a políticos como Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Hipólito Mejía.
El equipo Águilas Cibaeñas, favorito de Radhamés Trujillo, comenzó a ganar torneos nacionales y series del Caribe, en la época del derroche. 
La ciudad comenzó a llenarse de lavadores de dinero, con inversiones sospechosas en agencias de vehículos, rent cars, compra ventas, financieras, bares, discotecas, moteles, colmadones, plazas comerciales y torres residenciales.
Surgieron los ídolos de la Pelota como Miguel Diloné, Tony Peña, Luis Polonia.
El Comando Policial ya no cabía en la sede a la par de la Gobernación de la calle Del Sol, se mudó a la Fortaleza San Luis y posteriormente a la finca de la avenida Bartolomé Colón.
Las Empresas Bermúdez y La Tabacalera brillaron con sus productos, posteriormente el Grupo León Jimenes se erigió como imperio comercial.
Santiago comenzó a coparse de medios de comunicación y de urbanizaciones. El pequeño Aeropuerto Cibao fue mudado a la finca de Licey y Puñal.
Los políticos locales variaron su perfil de servidores comunitarios aumentándose los salarios y manchando sus manos de corrupción, mudándose de los barrios donde desarrollaron su liderazgo hacia torres y quintas residenciales, superando fortunas de empresarios tradicionales y alcanzando grandes elogios de las líneas aéreas por su condición de pasajeros frecuentes.
Santiago dejó de ser aldea, villa y común, elevando su categoría a “metrópolis”.  Los políticos aspiran a un monorriel y a un tres que conecte a la Ciudad Corazón con la Capital y con el muelle de Haina.  Las cadenas de comercios capitalinos expandieron sus inversiones a la Ciudad Corazón, absorbiendo parte del capital de los trabajadores y de la clase media.
Las bandas de sicarios más importantes del país, con afiliados dentro de la Policía, se ubican en Santiago. Poderosos narcotraficantes como Figueroa Agosto confiaron servicios de primer orden a estos servidores del crimen.
La Procuraduría General de la República ha concentrado grandes esfuerzos en esta ciudad, sellando y confiscando propiedades del narco y lavadores de activos, desarrollando investigaciones de casos como Quirino Castillo, Luis Horacio Cano, Hermanos Benitez y otros.
Una urbe con características contradictorias, donde abundan centros educativos, financieros, industriales, servicios, a la vez de suscitarse situaciones de degradación social matizados por la corrupción, la delincuencia común, el crimen organizado, la basura, el caos vial y peatonal, etcétera.
Estudios señalan que Santiago posee el 14 por ciento del Producto Interno Bruto del país, numeral que traduce en similar proporción de las riquezas nacionales, y de ahí la incidencia de actividades como la delincuencia común, el narcotráfico y el consumo de drogas.
Según las estimaciones de la ONU,el 0.3% de la población dominicana entre 15 y 64 años de edad consume cocaína habitualmente. Es decir, la República Dominicana tiene un mercado interno de cocaína que engloba a más o menos 17,000 personas y produce riqueza de hasta US$20 millones. (Inferencia: Veamos reflejada en esta estadística la participación de Santiago).
Estudios del Plan Estratégico de Santiago y de la Cámara de Comercio y Producción de Santiago, avalan la existencia en la urbe de:
§  4,436 otros establecimientos comerciales menores
§  1,869 bancas de apuestas
§  1,487 colmados
§  1,425 salones de belleza
§  1,289 pensiones
§  1,100 talleres de servicios
§  954 oficinas
§  501 pizzerías, cafeterías y restaurantes
§  461 repuestos y auto adornos




No hay comentarios: