miércoles, 22 de diciembre de 2010

CARTA DE JORDI A NEGRO VERAS

A TI PAPI

Por: José Jordi Veras Rodríguez.

No quiero dejar pasar la oportunidad que en esta semana se dan dos hechos importantes para mí. Es que pueda vivir la oportunidad de la Nochebuena. Que Dios me haya brindado esa dicha y que la pueda disfrutar entre mis seres queridos. Asimismo, poder decirle a papi, que el Todopoderoso lo colme de bendiciones, de mucha, mucha salud y fortaleza espiritual y emocional y que podamos juntos disfrutar de un año más de vida, precisamente en tiempos de la Navidad y el día que se ha marcado como el del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

A ti papi quiero decírtelo y repetirlo para que lo tengas siempre presente, te quiero y has sido y eres mi ejemplo a seguir y que has mantenido, junto a mi madre, cuando estuvo en vida, desde que tengo uso de razón, un estandarte moral que todo hijo e hija desearía poseer en su padre y madre. Eres la persona que siempre has sido fiel a tus convicciones, sin imponerlas, si razonarlas y discutirlas, en un ámbito de respeto mutuo. Siempre consideraste a tus hijos como seres humanos que algún día ofrecieran lo mejor para este país. Que sin importar a lo que se dedicaran, dieran el máximo, fuéramos responsables, perseverantes, solidarios y disciplinados. Si bien es cierto que como todo ser humano, estás colmado de defectos. Tus virtudes, que son muchas, soslayan de forma radical esos pequeños detalles y con los cuales te quiero, te amo y acepto.

A ti papi, que has sabido demostrarme en hechos que eres fiel a tus palabras, sin importar lo adverso de las condiciones. Te has preocupado sobremanera en ensenarme a mis hermanos y a mí, el valor de un hombre honesto y sincero. Que enfrentemos las consecuencias de sus hechos y que seamos responsables ante los mismos. Eres el que nos ha enseñado que ante el dolor ajeno y la desgracia, ser solidario a carta cabal y llevarlo a la práctica.

A ti papi, que tantas veces te vi salir de la casa, sin saber si volvería a verte, en aquellos años en que diste de tu tiempo, de tu trabajo, de tu capacidad, de tu esfuerzo y de tu convicción y respeto por los derechos humanos; defendiste en todo el ámbito del país, junto a mi madre, la vida de tantos dominicanos y dominicanas, así como de otros hermanos de diversas nacionalidades en la esfera del mundo, tan sólo porque entendías que requerían de tu mano amiga y solidaridad o porque tu forma de pensar así te lo requería.

A ti papi, el muchacho que se hizo de muchos sacrificios en su niñez. Que supiste conocer la miseria y el hambre desde pequeño; que padeciste de limitaciones económicas. Nunca fueron óbice para que no te levantaras como hombre de bien, con pensamiento revolucionario, sin remordimientos ni rencores. Con un corazón de lleno de bondad y amor y un alma de niño.

A ti papi, a quien la vida le ha golpeado de diversas maneras, has tenido el valor de seguir adelante y enfrentar las situaciones que se te han presentado. Tuviste que sobrellevar la enfermedad y luego la ausencia de mami, tu compañera desde la secundaria; tu cómplice en las luchas de la vida y políticas; tu sostén cuando una y otra vez estuviste enfermo, siempre estuvo contigo. Cuando estuviste preso en aquellas ocasiones, era la que iba con su cantinita a llevarte algo de comer. La misma que fue tu acompañante de viajes por el mundo llevando el mensaje de paz y de lucha. Estoy consciente que haberla visto sufrir en los años de su enfermedad del cáncer y luego verla irse de tus manos, fue uno de los peores golpes de tu vida.

A ti papi, que no quiero ni quisiera estar nunca en tú lugar de tener que ver, cuando estuve en emergencias, en las condiciones desastrosas, mi cara desfigurada y cuello alterado y brotando sangre. El pensamiento de que no volverías a verme con vida; es un momento que ojala Dios no permita que lo transite ni deseárselo al más malvado de los mortales. El dolor de la pérdida de un hijo o hija, no tiene definición conceptual, asumo, que por el dolor indescriptible que supone. Conozco de amigos que han perdido uno de sus vástagos y es como si le hubieren arrancado una parte de su ser.

A ti papi, que has tenido que sobreponerte a estar inmerso en un proceso traumático, como lo que han sido más de seis meses de sufrimiento por la tentativa de mi vida, el darle seguimiento constante a las investigaciones, escuchar paciente todas las diatribas que los cobardes y sicarios morales inventaron sin fundamento ni verdad, tan sólo por el pago recibido. Te digo que has sido más fuerte que yo. Mi amor y respeto por ti se consolida y se eleva a lo más alto del cielo.

A ti papi, te escribo para desearte en esta Nochebuena y en tu onomástico, cuando el reloj marque las doce entre uno y el otro día, muchas felicidades dobles y decirte que te amo y que estoy orgulloso, como siempre lo he estado. Que ser hijo de Ramón Antonio Veras (Negro) es un privilegio que atesoro en mi corazón y alma, por tu vida, ejemplo y tus hechos. A ti papi, has cumplido.

No hay comentarios: