Por Yenifer
Martínez
El ser humano implementa diversas técnicas para
dejar en cierta forma el aburrimiento, olvidarse por un momento de los
problemas que lo agobian en el diario vivir.
Gracias a medios de comunicación como la televisión que no es
más que un sistema de transmisión y recepción de imágenes en movimiento y
sonido a distancia que emplea un mecanismo de difusión.
Recordemos que la palabra televisión significa Tele
(lejos) y Visio (visión), que de manera más completa abarca las transmisiones a
distancia.
De manera global
el aparato electrónico o cajón no es lo que en sí entretiene, sino los
programas que en El se ofrecen a los televidentes.
De acuerdo a la
personalidad de cada ser humano, la televisión juega un papel esencial,
pues las personas tienden a simpatizar por un determinado programa o canal, de
mano a los gustos y las preferencias, ya que gracias a esto pueden encontrar el
disfrute que andan buscando, olvidando en ocasiones los problemas, dejando
atrás el aburrimiento, liberándose del estrés, y obteniendo el descanso de la
mente, por medio de la tranquilidad y que en muchas ocasiones terminando en un
sueño profundo, ¿Te has preguntado porque ocurre esto?
En una
investigación basada en encuestas a las personas, los gustos están inclinados
de acuerdo a sus preferencias y la edad. Si bien es cierto que para los niños
su programación preferida son los muñequitos, para los jóvenes, los programas
de broma, las películas, el deporte, y los conciertos artísticos, son su fuerte
televisivo, para los avanzados en edad, la emplean en el Santo Rosario o la
Santa Misa, o quizás películas del ayer, por decir Mario Moreno, mejor conocido
como Cantinflas.
Pero no podemos
quedarnos ahí, pues ambos sexos entran en constantes disputas sobre lo que
observarán en el televisor, pues a los hombres les gusta el deporte y a las
mujeres les encanta las novelas. ¿Cierto que esto nunca falta?
A manera general, el aparato no es lo que nos
entretiene, sino la gran diversidad de programas, educativos, sociales,
deportivos, entre otros, que de alguna forma u otra terminan adueñándose de
parte de nuestro tiempo.
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