HAY MÁS UNIVERSITARIOS Y
ESCOLARES, PERO MENOS CALIDAD EN LA EDUCACIÓN
Por Tony Rodríguez //
Nadie le quita a Eugenio
María de Hostos el pedestal de ser el padre de la educación dominicana. Su modelo de enseñanza, centrado en valores y
responsabilidad del educador, no ha podido ser superado, muy a pesar de los
cambios introducidos en las décadas de los 50s y los 90s.
En cantidad, hay más
escolares y universitarios en esta época, pero la calidad de la educación, las
notas en responsabilidad y valores por sus actores, andan muy mal.
No importando las
ranchetas que todavía fingen ser escuelas en algunos lugares, ni la brecha de
recursos materiales y tecnológicos que tenemos con el mundo desarrollado, el
mal de fondo, y tienen razón los poli-teóricos, es la calidad de la enseñanza.
Las últimas gestiones del Ministerio de Educación han terminado en malas
notas, léase Melanio Paredes, Alejandrina Germán, y la actual aun pendiente de
evaluación.
El problema educativo es más complejo visto desde el contexto del ambiente
barrial en que ahora se ubica el común del estudiante dominicano. El maestro está también dentro de ese espacio
de marginación.
Lamentablemente, nuestro sistema educativo no pare genios, y los muchos cum
y summa cum laude que egresan de las universidades, en la práctica no alcanzan
a ser más que profesionales mediocres.
Pero el tema toca más a fondo, cuando los bachilleres llegan a las
universidades, muestran deficiencias en las materias de preparatoria, como
Matemáticas, Lengua Española, Historia y Geografía.
Pero la cosa, de cada 100 que se inician en la escuela, solo 50 logran el
octavo grado, 25 concluyen el bachillerato y 12 obtienen el título de grado en
las universidades.
Por eso es mejor no hablar de rivalizarle a Hostos (El Sembrador), el
mérito de ser el padre de la educación dominicana, y haciendo fila está el
maestro Juan Bosch, por si alguien osare de pretender declarar paternidad a un
sistema educativo que padece de serias deficiencias.
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