Despiertan juntos cada mañana, el Gran Teatro del Cibao y el imponente Monumento a los Héroes de la Restauración, haciendo gala a la patria, al encanto de la ciudad de Santiago, cuna de héroes, propiciadora del progreso nacional y del orgullo de la dominicanidad.
Juntos, uno frente al otro, con vocación propia, de ser atractivos para el turismo, apoyo a la cultura y atrayentes para visitantes de todos lados, que consumen, que se inspiran, que disfrutan y se explayan en esta ciudad sin playa.
Uno es la obra del tirano Trujillo, otro es la obra del cuasitirano Balaguer. Pero no importando sus orígenes, el sudor, la riqueza del pueblo está ahí, es nuestra historia, no podemos esconderla.
A la entrada de Santiago por la avenida que hace homenaje a la gesta libertadora de Las Carreras, o despidiendo la ciudad por la Calle Del Sol, sobre nuestros hombros podemos observar estas paredes colosales labradas por el ingenio humano, cómplices del encanto de la Ciudad Corazón.
FOTOGRAFIA Y TEXTO: Tony Rodríguez
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