martes, 10 de noviembre de 2009

PROLOGO LIBRO: LA VIRGEN DE LOS MILAGROS

El efecto transformador de los presagios.

Una premonición sirve de provocación para dibujar historias cotidianas que nos muestran una visión de ciudad con un sabor muy personal, una mirada casi a ras de suelo de paisajes que se sienten vívidos al ser retratados en palabras con la destreza de quien se sabe transeúnte experto descubriendo las verdades de los humildes para contarlas en emociones nuevas transformadas por la escritura.

El periodista y escritor santiaguero Tony Rodríguez, nos presenta su compendio de relatos radiografiando al ser humano en situaciones cotidianas, simples, pero que contienen una carga de esa angustia que se acumula ante el tedio o la falta de oportunidades y que complicará notablemente la existencia de sus personajes, tiernamente felices, en ocasiones, inocentemente dolorosa, otras veces, pero casi siempre marcada por la resignación y el conformismo.

En "La Virgen de los Milagros", los cuentos cabalgan sobre la línea de la calle, realistas y urbanos, trabajados con un lenguaje escueto y calculado donde se privilegia la agilidad sobre lirismo. Se siente con fuerza la intención de su autor de lograr efectivas viñetas de una realidad que de la cual él desea hacernos partícipes, pero no como mirones distantes, sino empoderándonos, casi a quemarropa, para hacernos vivir esas vidas que a menudo soslayamos y sin embargo conforman la esquina, el barrio, la ciudad que nos ha tocado vivir.

El mito en la historia del hombre siempre ha jugado un papel tan preponderante como el poder reflejar las fuerzas que no conocemos pero a las cuales atribuimos la capacidad de afectar nuestras propia condición. Es allí donde la escritura, a través del cosmos particular de un autor, crea a partir de los mitos toda una serie de creencias donde los seres sobrenaturales -como la bruja que se estrella estrepitosamente en las ruedas de una motocicleta ("La supersticiosa")-, los dioses y las encantaciones, conviven al lado de los héroes anónimos y las creencias cotidianas de la calle, siempre tratando de explicarnos a través del mundo narrativo la propia cosmovisión.

Si bien Tony Rodríguez parte de algunos mitos consabidos, durante su ejercicio narrativo nos irá mostrando variados elementos que sobresalen en la serie de relatos, los cuales se presentan, en apariencia, sencillos, narrados con limpieza y linealidad, pero que pueden llegar a ser complejos como en "Una llamada muy cara" donde se da una condicionante de circularidad.

Los aspectos más relevantes hacen referencia a la vida urbana, con matices de la condición rural, la cual aparece como deleite de sus personajes -"Un fogón de tres piedras a la sombra de un árbol sirvió de cocina..." ("Un día en el río")- pero sin dejar de ser una condición omnipresente al fondo, algo lejana como un referente, -quizás así nos sucede a todos los isleños-, porque nunca se deja de convivir con el campo, aunque conscientemente intentemos escapar de las cosas lugareñas, el verdor de la campiña, la belleza de los ríos y la humildad de sus gentes, contrastan a pulso con su crudeza y mantiene una tensión entre la nostalgia de la vida campesina y las posibilidades de las ciudades.

A pesar de aparecer en unas pinceladas cortas, se retrata en el cuento "Don Marolo" otro elemento de la cotidianidad criolla, el autoritarismo y la falta de mano dura ante los problemas sociales y el vandalismo. Otras condiciones que completan la obra refieren la desilusión casi como u legado de las generaciones empobrecidas y de cómo tratar un tema oscuro como la violencia hacia la mujer en un relato claro, en apariencia inacabado ("Un día en el río"), pero que no puede ser de otra forma, ya que debe dejar espacio para que la conciencia del lector respire en la dirección más reflexiva.

La inclusión del relato que da título a este libro "La Virgen de los Milagros", el cual es mi juicio uno de los más acabados, podría verse como una violentación de la estructura al referirse a una historia de viajes, a otra geografía y tiempo; sin embargo, pienso que es un recurso feliz que no le quita coherencia al volumen de relatos, ya que propicia una lectura más amplia del autor.

"La Virgen de los Milagros", como libro, hace gala de un profundo sabor localista y se muestran claras referencias a la ciudad de Santiago de los Caballeros. No es nuevo en el ámbito literario, y concretamente en el de la narrativa breve, la construcción de un libro de cuentos alrededor de un asunto central, como lo constituye en este caso una ciudad y un puñado de sus mitos. Tony Rodríguez logra desplegar su sentido de Santiago en piezas diversas hasta constituir un paisaje general de una determinada sensibilidad.

Jugosos localismos y un lenguaje directo, funcionan para crear suspenso en "El fanático perdedor" y hacen de "Don Marolo" uno de los relatos mejor logrados, con una lectura amena y sólida. La vida escuálida del viejo Marolo, llena de tentaciones constreñidas, con una existencia deshilachada, muestran la fragmentación tan angustiante de un hombre que percibimos en la distancia como un ser prescindible y común. Sin embargo, a través de él Rodríguez nos muestra un mundo descoyuntado donde los golpes de la vida crean toda una gama de condiciones humanas enraizadas en la imaginación, los amores y las muertes.

Tejer un libro de relatos, es siempre una apuesta a tocar las sensibilidades de la memoria que nos referencia emotivamente, en la poesía nos podemos dar otros lujos, como el de la antigua elucubración o los pasajes de lúdica belleza; en el cuento, sin embargo, un mínimo exceso se convierte en ripio del lenguaje y puede hacer anodina una historia. Es esta economía de recursos la cual hace interesante "Réquiem para un no nacido" donde el autor se toma sus libertades de forma muy acertada: "Pero del destino se opuso, como se opone a que una gota de lluvia vuelva a ser nube".

Nos encontramos ahora con la apuesta que Tony Rodríguez hace a sus presagios y a sus milagros, fruto del trabajo de un narrador afincado en un Santiago de los Caballeros que vive en la fluctuación entre ese nostálgico costumbrismo, partidos de béisbol y loterías fantásticas, marcado por personajes tan legendarios como anónimos y con los que Rodríguez pretende negociar para dotarlos de un poquito de felicidad, de redención.


Muchas veces se observan los relatos, las narraciones breves como ensayos del autor, instantáneas congeladas en el tiempo como una fotografía autobiográfica y que demuestra cierto ego por contar lo que nos parece fantástico. En este libro no importan tanto esas discusiones, lo importante es mostrar secuencias que solas habrían quedado fuera del tintero y que ahora reunidas pueden tener su oportunidad. En este libro lo que importa es la voluntad de construir un espacio casi "anfibio" entre crónica y narratividad donde lo mítico y lo real se suceden con naturalidad, contar todas esas cosas que nos suceden a los humanos y que a veces creemos demasiado distantes.


Manuel Llibre Otero
Noviembre 2009.






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