A medida que pasaban los féretros, lanzaban flores frescas y pétalos recién cortados... //
Grisbel Medina/listin.com.do //
MONCION, Santiago Rodríguez.- Bajo un cielo gris y con una leve llovizna que aumentaba conforme pasaba el tiempo, fueron traídos a Monción los restos de los hermanos Porfirio y Lina Mercedes Núñez de 50 y 49 años, respectivamente y de la esposa del primero Carmen Sánchez de Núñez, de 42 años, quienes fueron asesinados la pasada semana en una bodega de su propiedad en Philadelfia, Estados Unidos, por dos afroamericanos que penetraron al lugar con fines de cometer, supuestamente, un asalto.
Los cadáveres fueron traídos por el Aeropuerto Cibao este miércoles y de inmediato trasladados a su comunidad natal, donde fueron esperados por cientos de personas que, a medida que pasaban los féretros, lanzaban flores frescas y pétalos recién cortados de los jardines de Monción. La solidaridad de la comunidad con la familia Núñez era la forma con que el pueblo retribuía la dignidad, honestidad y don de gente de las personas fallecidas.
La pareja integrada por Núñez y Carmen Sánchez procrearon tres hijos, dos hembras y un varón, la más grande de 19 años, quien presenció el hecho de sangre. Mientras que la hermana de Núñez, también asesinada, era madre de dos varones y una hembra.
Cada diez casas había un altar. La gente llevaba velones y paños negros, como muestra de dolor y solidaridad. Los negocios no abrieron.
Los cuerpos fueron traídos en ataúdes blancos en tres ambulancias facilitadas por autoridades de la zona franqueadas por unos 25 miembros de la Defensa Civil, así como varios miembros de la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet) y el Cuerpo de Bomberos de Monción.
El cortejo iba al compás de la canción de Rocío Dúrcal “Amor Eterno”, para demostrar que las víctimas quedarán por siempre en el corazón de los residentes en Monción.
Fue necesario hacer un cordón humano para controlar a la multitud que empujaba para entrar a la residencia de la familia Núñez, a observar los cuerpos inertes de parientes que Monción hizo suyos.
El hecho ocurrió en la bodega propiedad de Porfirio y su familia, el mismo día en que él cumplía 50 años. Esa noche, su madre María Peralta le envió un quesillo, el cual fue llevado por su hermana Lina, también asesinada, delante de sus sobrinas e hijas de Porfirio.
Habla un bodeguero
Conmocionado por la muerte de un amigo y compañero, Manuel Torres, dueño de bodega desde hace 31 años, expuso en el velatorio que “la vida de un bodeguero en Estados Unidos no es como la gente cree”. Frente al mural de fotografías de Lina, Porfirio y Carmencita, aseguró que la vida de un bodeguero en Norteamérica “es dura”. Yo me levanto a las seis de la mañana, abrimos a las siete y cerramos a las nueve de la noche todos los días”.
Dijo que tanto Porfirio Núñez como su padre, son ejemplos de honestidad y trabajo serio.
Torres, quien también es nativo de Monción, tiene 31 años trabajando en bodegas en EEUU y dijo que los moncioneros bodegueros cuando llega uno de su comunidad le facilitan dinero para que emprendan su propio negocio y echen adelante.
Dolida por la muerte de quienes considera sus hijos, Ivelise Peralta, vecina de la familia Núñez, llevaba una funda de pétalos para lanzarlos a la ambulancia que llevaba los cuerpos. “Porfirio ayudó a muchos jóvenes desde la Pastoral Juvenil, era un hombre muy de la iglesia”.
En frente de la casa se hizo una lámina gigantesca con la fotografía de las tres víctimas, y se colocó una especie de pizarra con fotos de la pareja de diferentes momentos de sus vidas.
También acudieron las autoridades de Monción, encabezada por el alcalde.
Los restos serán sepultados mañana a las 10:00 de la mañana en el Cementerio Municipal.
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