El Ministerio de Interior
y Policía ha dispuesto nueva vez, como ya se estila en el duodécimo mes del
año, la permisibilidad a que negocios denominados nocturnos operen sin reglas
de horario hasta el 10 de enero.
La República Dominicana registra malas historias
de esta disposición que avala el “desenfreno legal”,
permitiendo el consumo sin límites de alcohol, la juerga sin parar, la salida
de personas borrachas a las calles conduciendo vehículos, el encontronazo de
quienes por las mañanitas salen a trabajar y los que salen amaneciendo como
locos de las discos y los bares, exhibiendo un comportamiento cuasi criminal.
Son muchas las muertes
que se acumulan de accidentes de tránsito de borrachos diciembrinos. Son muchos los daños que ocasionan los
desenfrenados a propiedades públicas y privadas.
Si al menos la autoridad
se impusiera para evitar que quienes consumen alcohol puedan andar conduciendo
vehículos, imponiendo sanciones y retenes en las salidas de los centros de
diversión.
El comercio gana nueva vez. Gana la excusa de que los dominicanos
ausentes necesitan andar libres, sin controles, haciendo y deshaciendo.
Desenfreno y sin razón es
lo que diciembre nos trae.
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