La historia la escriben los vencedores, muchas veces acomodada en crónicas o bitácoras de guerra, que sirven para acomodar acontecimientos y actuaciones de personajes.
TONY RODRIGUEZ
SANTIAGO DE LOS
CABALLEROS.- La historia de la Restauración nos brinda un pedestal que ha
estado ocupado por alguien que no le corresponde, tiene el suyo propio, el que
forjó con sus hechos, sus talentos y virtudes, pero el que usa no le
corresponde. Así narra textualmente el
investigador social y político, Papo Fernández la introducción de su libro
“General Santiago Rodríguez Padre de la Restauración de la Independencia Dominicana”,
para justificar que el General Gregorio Luperón ocupa el podio de cuarto héroe
de la Patria, que realmente debería corresponder a otro héroe.
Gregorio Luperón ha
estado usando con el permiso de todos los presidentes dominicanos, los
presidentes del Senado y presidentes de la Cámara de Diputados, los alcaldes,
profesores y con la anuencia de casi todos los historiadores el podio del
cuarto hombre de la Patria, ese lugar tiene un dueño y se llama Santiago
Rodríguez, sentencia el escritor.
El legislador e
historiador de nuevo cuño, Papo Fernández, quien es nativo de la provincia del
libertador Santiago Rodríguez, plantea que los datos que aporta su
investigación servirán para abrir un debate sobre el tema de la Restauración de
la Independencia Dominicana.
Otro aporte de la obra,
es que el real Monumento a los Héroes de la Restauración no es el Monumento a
la Paz de Trujillo o Monumento de Santiago, -señala Fernández-, que en 1963, en
homenaje al primer centenario de la Restauración, se erigió a la entrada del
municipio Sabaneta por orden del presidente Juan Bosch, el real Monumento a esa
gesta heroica.
Santiago Rodríguez, hijo
de Vicente Rodríguez y Josefina Masagó, nació el 25 de julio de 1810. Su lugar
de nacimiento no es consensuado aun por los historiadores, algunos dicen que en
Cabo Haitiano, otros en Dajabón y otros en Santiago. Se casó con Josefina
Bueno, en La Ermita de Sabaneta, el 25 de abril de 1852.
Héroe de la Guerra de la
Independencia y también de la Restauración. Participó en la Batalla de Sabana
Larga, junto al general Franco Bidó el 24 de enero de 1856, con la que cerró la
guerra separatista contra Haití que duró 12 años.
La obra sostiene que La
Guerra de la Restauración no inició el 16 de agosto de 1863 con el Grito de
Capotillo, sino en 1861, con las reacciones contra Pedro Santana y los
consecuentes fusilamientos de José Contreras y Francisco del Rosario Sánchez en
San Francisco de Macorís y San Juan de la Maguana, respectivamente.
En Sabaneta se iniciaron
las primeras reacciones organizadas por el general Santiago Rodríguez, a las
que se unieron Lucas de Peña, José Cabrera, Pedro Antonio Pimentel, Benito
Monción, Pepillo Salcedo, Ignacio Reyes, José Mártir, Norberto Torres, Juan
Antonio Polanco, José de la Cruz Álvarez, José Ramón Luciano, José Barrientos,
Antonio Batista, Pedro Thomas y otros.
APARECE LUPERON EN ESCENA
“En 1862… se encontraba
en Sabaneta un joven puertoplateño de
apenas 22 años, usando el nombre de Eugenio, con la rara historia de que se estaba
pasando por médico, algunos dicen que de curandero… y es el Padre Juan Pineda quien
lo presenta al general Santiago Rodríguez y quien a la vez descubre su
identidad, era Gregorio Luperón…”
De esta forma describe el
autor Papo Fernández al joven de 22 años, que llega de anónimo a Sabaneta, a
involucrarse junto al general Santiago Rodríguez a las luchas restauradoras.
“Lo que hay que imaginar
aquí no es más que una escena entre un joven valiente e inteligente ante un
general que había estado en las batallas de independencia y con una recia
personalidad que le daban a Santiago Rodríguez sus 52 años de edad”, delibera
Fernández.
Pág 32: “Luperón escoge
ir a Sabaneta porque sabe como todo el mundo que ahí vive el líder del
movimiento restaurador y como joven al fin, no conocía ni tenía contactos con
Benito Monción, José Cabrera, Pedro A. Pimentel y todos los demás miembros del
movimiento”, pondera.
“…no es cierto que
Luperón estuviera presente en la Sublevación de Sabaneta como lo narran algunos
historiadores copiando su propia autobiografía novelesca, los cuales dicen que
al fracaso de la intentona se refugió en los campos de La Vega, sino que son
las responsabilidades dadas a Luperón de dirigir el Cibao Central las que
explican ese hecho”.
“Y más adelante, su
aparición en el escenario de las luchas después del 16 de agosto de 1863,
específicamente el 2 de septiembre cuando Gaspar Polanco dirige la batalla de
Santiago, insistiendo algunos que (Luperón) salió de su escondite en La Vega”.
Papo Fernández concluye
con su sarta a Luperón diciendo: “Además, en el monumento hecho en honor a los
restauradores por los acontecimientos ocurridos entre el 22 de febrero y el 16
de agosto de 1863, en Sabaneta, se recogen los doce principales hombres que
estuvieron combatiendo frente a Hungría y Gaspar Polanco ese febrero y marzo de
1863, lista esta traída de los archivos que en su época se encontraban en el
ayuntamiento municipal de Sabaneta, del cual era síndico a la fecha Ambrosio
Echevarría, quien renunció para apoyar a los restauradores, convirtiéndose él
mismo en uno, y esa lista fue confirmada en la celebración del centenario de la
Restauración en el año 1963 por la comisión creada por Juan Bosch para dicha
conmemoración y que presidiera Max Henríquez Ureña, y no se le ha ocurrido a
nadie decir que falta el nombre del general Luperón, porque está claro que no
estuvo ahí”.
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