viernes, 17 de junio de 2011
LA HISTORIA DE REPUBLICA DOMINICANA QUE NO SE HA ESCRITO
Tony Rodríguez
Los historiadores nuestros, se han negado a escribir la historia contemporánea. El medio siglo después de Trujillo, del Golpe de Estado a Juan Bosch y de la Revolución de 1965.
Se han negado a narrarles a los escolares y a la sociedad, los crímenes horrendos que se cometieron en los 12 años de Balaguer, no han elaborado el árbol de las viudas, los huérfanos y de las víctimas directas de un régimen que a la par, urbanizó el país, con puentes, carreteras, avenidas, complejos habitacionales, monumentos y edificaciones para alojar la burocracia estatal.
Los investigadores sociales han hecho de Trujillo la principal fuente de la historia dominicana, dejando muy atrás a Duarte y a Luperón, pero esa no es la crítica.
Se han retrasado en publicar los hechos históricos de dos gobiernos seguidos del PRD, en que afloraron la democracia y la libertad de decir y andar, en que se creó el ITEBI, como impuesto lesivo al ciudadano, un 4% por ciento que encareció todo cuando se adquiría en los mercados nacionales. Y ahí mismo cabe, el suicidio de un presidente agonizante por las heridas causadas desde su propio partido, Antonio Guzmán.
Es deuda de los libros de historia, resaltar los méritos y relatar los hechos de desenlace, de notables dominicanos como Orlando Martínez, Amín Abel, Francisco Alberto Caamaño, Mamá Tingó y otros muchos que no lograron sobrepasar al régimen militarista-represor de Joaquín Balaguer.
La reacción brutal del otro presidente PRD, Jorge Blanco, de imponer la fuerza y el terror en las calles, contra aquellos que protestaron con los nuevos impuestos y las alzas escandalosas de las divisas. El Balaguer que volvió, anciano y casi ciego, para ocuparse de hacer preso a su antecesor, sentando un precedente hasta ahora único en la historia en que a un gobernante se le juzga y condena por corrupción.
La historia de los líos entre perredeístas no está contada por los estudiosos de los fenómenos sociales. Las confrontaciones de Guzmán-Jorge Blanco, Jacobo Majluta-Jorge Blanco, Peña Gómez-Jacobo Majluta, Hipólito Mejía-Miguel Vargas.
Los fraudes electorales no forman parte de los libros de Historia ni la desaparición de Narcisazo, ni el Frente Patriótico que unió a los archi-enemigos Bosch-Balaguer en un relevo político llamado Leonel Fernández.
Una historia de medio siglo, simplemente no contada. La quiebra de tres bancos y el encarcelamiento de hombres que se consideraban dueños del país; los escandalosos casos PEME y SUN LAND que tintaron de corrupción a herederos boschistas; los casos de corrupción policial (bandas que recuperaban y robaban de nuevo vehículos), la compra muy irregular de invernaderos; los decretos falsificados.
La era del narcotráfico y la vinculación de militares y políticos a las bandas internacionales de narcos, de las empresas que organizan viajes ilegales en yolas hacia Puerto Rico, de las organizaciones de sicarios y de la magna cum laude inseguridad ciudadana.
Quizás por cobardía o por falta de tiempo, los historiadores nuestros han dado la espalda al pasado reciente que envuelve medio siglo de narraciones pendientes.
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