miércoles, 30 de septiembre de 2015

Juez ordena paralización de extracción de materiales en loma de la Cordillera Septentrional

VERSIÓN: Roberto Pérez 
SANTIAGO.- La Presidencia de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia, ordenó por una sentencia, sea detenida la extracción de materiales en la loma de la cordillera septentrional.
En ese sentido el juez Samuel Guzmán Fernández, acogió una Acción de Amparo y dictaminó la paralización de extracción de materiales y decidió suspender el permiso ambiental 25-SN del 10 de abril de este año.
Los abogados Wilton Vásquez y Mayovanex Reyes, representaron a los residentes de Jacagua, que desde hace meses venían denunciando la situación en esa comunidad.
Comunitarios saludaron la decisión y afirman iniciaran un plan de siembra de árboles en el lugar. El magistrado también ordenó el pago de un astreinte de 5 mil pesos diarios, si la empresa Equipos y Construcciones del Cibao S.A (Ecocisa) y Medio Ambiente no cumple con la sentencia.
“El juez hizo hincapié en el informe que le entregó el geólogo Osiris De León, es decir suspende el permiso y paraliza las operaciones”, apuntó.
El periodista Eusebio Mejía, hablando a nombre del colectivo de comunicadores que iniciaron la lucha junto a los residentes de la zona dijo que Dios estuvo del lado de los que defienden el Medio Ambiente.
“Otros vendrán a tumbar la loma, pero seguimos vigilantes”, dijo.
Vásquez recordó que los residentes de Jacagua iniciaron la lucha en contra de la extracción de materiales desde que el Gobierno inició los trabajos en la avenida Circunvalación Norte, por la contaminación y el daño ecológico que dicen hay en el lugar.
BACKGROUND.- En el mes de febrero de este año, el Ministerio de Medio Ambiente informó que fueron paralizadas las extracciones de materiales de dos de las 4 minas que operan en la cordillera Septentrional por incumplimiento a las normas ambientales, no obstante, las extracciones continuaron.

sábado, 26 de septiembre de 2015

VECINOS REPARTO TITO HERNÁNDEZ OPUESTOS A PROYECTO HABITACIONAL

Damián González 
Acusan alcalde Serulle favorecer a constructores que pretenden derribar muro Parque Monseñor Roque Adames

Santiago.- Vecinos del Reparto Tito Hernández, se manifestaron opuestos a la intención del alcalde Gilberto Serulle de imponer una ruptura a un muro del parque Monseñor Roque Adames de esa comunidad, para beneficiar a los constructores de un proyecto de torres de apartamentos.

Dijeron que están dispuestos a acudir a todas las instancias de Derecho para impedir que los desarrolladores de un proyecto de 112 apartamentos irrumpan la tranquilidad de esa comunidad, adjuntando unos terrenos que no pertenecen a ese sector.

La Junta de Vecinos del Reparto Tito Hernández sometió un expediente ante Tribunal Contencioso Administrativo, para hacer valer sus derechos, explicando que el indicado proyecto de apartamentos impactará negativamente a una comunidad que apenas cuenta con 54 viviendas y dos calles. El caso está pendiente de fallo.

Dijeron no entender cómo el alcalde Serulle pretende desconocer una decisión del Concejo de Regidores que desautoriza la apertura de una calle que le abra paso a un proyecto cuyos terrenos pertenecen al Reparto Los Cajuiles y que tienen su salida principal por el sector Hoya del Caimito.

Tampoco entienden por qué el alcalde no presta atención a la opinión de la comunidad que habrá de ser impactada por este proyecto privado.

Expresaron que resulta sospechoso que el departamento de Planeamiento Urbano esté presionando porque se dé apertura a una calle que va a constituir un caos para el Reparto Tito Hernández. Ponderaron que si los constructores compraron los terrenos con salida por el sector Hoya del Caimito no pueden ahora vender un proyecto como Reparto Tito Hernández donde los precios por metro cuadrado son superiores.

Damián González, en representación de los vecinos de la Urbanización Tito Hernández, dijo que esa comunidad erigida hace dos décadas en unos terrenos de su fundador, solo tiene dos calles, y que el proyecto que trata de imponer la Constructora del Señor Espejo, generará un ambiente caótico en el trasiego de vehículos y personas.

Ante el tribunal Contencioso Administrativo ya depositaron copias de planos que prueban que el proyecto de apartamentos que se comercializa como perteneciente al Reparto Tito Hernández no pertenece a esa comunidad, y que por tanto harán todo lo necesario para evitar que se les violen sus derechos a vivir en un espacio ambientalmente equilibrado.

Los vecinos del Reparto Tito Hernández establecen que no son opuestos a que se levante el proyecto de 8 torres residenciales que ya fueron autorizadas por el departamento de Planeamiento Urbano, pero que sus constructores deben colocar las vías de entrada y salida hacia el sector que les corresponde.

Parque Monseñor Roque Adames, Reparto Tito Hernández
“Entendemos que ese proyecto quien lo haga lo que busca es enriquecerse a cuenta de interrumpir la tranquilidad de los vecinos del Reparto Tito Hernández que llevamos muchos años aquí disfrutando de un espacio de tranquilidad, y eso no lo vamos a permitir”, sentenció el señor Damián González.

El muro que pretende demoler la constructora con apoyo del alcalde Serulle, conecta con el área del Parque Monseñor Roque Adames en que está colocado el busto en homenaje al religioso y con un conjunto de murales, bancos y plantas ornamentales.





martes, 22 de septiembre de 2015

“LOS MISTERIOS DE LA SIERRA” DE LUIS ALFREDO COLLADO



Agradezco al autor de “Los misterios de la Sierra” haberme elegido para hacer la presentación de esta obra.

Pienso que la coincidencia de ambos, de ser narradores y periodistas, facilita entender el contenido y la motivación de este conjunto de historias, aferradas a la zona rural encumbrada en la Cordillera Central Dominicana, y sobre todo, de la esencia cultural que de manera ecuánime Luis Alfredo Collado ha logrado rescatar.

Este legajo de historias es un relato cuasi periodístico, cuasi literario, de un ejercitado redactor, capaz de plasmar en oraciones, perfectamente entendibles por un lector llano, vivencias e indagaciones arraigadas en el campo dominicano.

Y para ensanchar con el público global y moderno, al final del libro hay un glosario, que permite al lector entender el significado de muchos indigenismos, africanismos y términos campesinos que todavía forman parte del lenguaje vivo de los habitantes serranos ubicados en el lado norte de la cordillera Central.

Tony Rodríguez, Luis Alfredo Collado y Carlos Manuel Estrella
Para colegir lo que es una pionía, un piogán, un pachuché, una litera, una jalda, una mazamorra, un tirigüillo, una barbacoa, entre otros vocablos que aparecen en el libro, es necesario ir al glosario, sobretodo porque son palabras que habitan en las mentes de muchos dominicanos, pero que su significado está hoy un tanto ajeno al lenguaje actual.

Se trata 20 historias, sutilmente comentadas y magistralmente contextualizadas.  Es una obra con una extensión de 135 páginas, formato media carta, con una tirada de 500 ejemplares, impresa en editora Buho, bajo el cuidado de edición del doctor Piero Espinal, con la revisión de textos de Andrés Acevedo y las ilustraciones de Alexander Welmaker.

El propósito medular de esta obra es evitar en lo posible que desaparezcan las raíces culturales de la dominicanidad y de las herencias españolas, indígenas y africanas que conforman nuestra cultura.

En todas partes, el campo está colmado de leyendas y mitos, incluso, en las áreas urbanas y ciudades tocadas por la modernidad, las creencias populares intervienen en los sentimientos y emociones de la población.
 
En Centroamérica, en lugares que he visitado como Costa Rica, para sentar un ejemplo concreto, existen leyendas muy parecidas, aunque con nombres distintos a las que conocemos aquí, historias como la de la Cegua,  la Llorona, el Padre sin cabeza, la carreta sin bueyes, la Tulevieja, los duendes, etc,

El caso de la leyenda de la cegua, es un personaje de Centroamérica, de origen mesoamericano, y que habla de un ser espectral que se aparece por las noches en caminos solitarios en la forma de una mujer muy hermosa, solicitando ayuda para que la lleven a algún poblado cercano. Una vez que la criatura ha subido al caballo (o vehículo, en versiones modernas), se transforma en un ser horripilante con la cabeza de una calavera de caballo.

Otro personaje, La Llorona es un espectro del folclore hispanoamericano que, según la tradición oral, se presenta como el alma en pena de una mujer que asesinó o perdió a sus hijos, busca a estos en vano y asusta con su sobrecogedor llanto a quienes la ven u oyen. Si bien la leyenda cuenta con muchas variantes, los hechos medulares son siempre los mismos

En la obra que nos ocupa, encontrarse con un solenodonte, con una jutía, un galipote o una ciguapa, es la expectativa latente en cada una de las historias serranas que narra Luis Alfredo Collado, y en la que Pablito, es el personaje central que azuza las respuestas a las dudas y a las interrogantes que se tejen en el libro.

Tal como afirma el Premio Nóbel de Literatura, Gabriel García Márquez, “Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarle el ánima”.

Así es como “Pedro el Cruel”, el jinete invisible, entra al escenario sin ser visto, aunque el tropel de su caballo lo delata, provocando pavor en los personajes, y por su puesto en los lectores.

Aparece también la ciguapa, la mujer de pelo pronunciado, de baja estatura, que atrae al varón hasta un lugar del que nunca regresa. Y para atrapar a la encantadora criatura, había que buscarla con un perro prieto cinqueño, una noche de luna llena.

Pablito entra en complicidad con varios de sus profesores, para hacer más geniales las historias, conversa con los instructores de Zoología, Física e Historia, convirtiendo el aula en escenario de discusión de los temas mitológicos que no se registran en los libros de textos.

El afán de Pablito era estudiar los fenómenos excluidos por la ciencia. Sirve de ejemplo, el extraño caso de la yegua de Elena, que todos los días amanecía empapada de sudor y con trenzas cuidadosamente elaboradas como si seres extraterrestres le hubieren tejido tales criznejas.

Un poquito de morbo facilitaría el entendimiento de lo que le pasaba a la yegua de Elena, pero para probar tal hipótesis era necesario observar el fenómeno durante largas horas por las noches, lo que para un niño de 12 años no era aconsejable.

Pablito no era un niño cualquiera, aprendió a leer con su madre, que tenía libros antiguos forrados de cuero, heredados de un letrado español que había vivido de ermitaño en La Sierra. Esos libros resultaron determinantes en la formación del niño en cuestión, porque sirvieron para solucionar los acertijos que constantemente se encrestaban en sus neuronas.

La obra también retrata las tradiciones y creencias campesinas que con la modernidad han ido desapareciendo de nuestra cultura. Ejemplo, que el jueves santo a partir del mediodía no se puede ir buscar leña al campo ni bañarse en el río ni hacer ruido; que la mujer cuando amanece con la regla (la menstruación) no puede entrar al conuco porque daña los frutos, y que la cura de asma a un niño se logra cortándole un mechón el primer viernes de luna nueva.

Otra característica del personaje central es que es un gran oidor de las conversaciones de adultos, de hecho todos los niños escuchan conversaciones y con el tiempo las razonan, solo que en el caso de Pablito, él escucha y trata de comprobar seguido la verdad de cada fenómeno o creencia.

Enrique Fernández, Luis Alfredo Collado y Piero Espinal.
Un tema que llamó mi atención, fue el de las botijas. No sabía que una botija pasa por distintas etapas.  Que cuando el propietario la entierra quien la cuida es el diablo, que cuando el dueño muere la cuida Dios, y que el muerto elige a quién darle la botija, y que si pasan diez años ya es parte de la tierra, y suerte de quien la encuentre.

En fin, Luis y sus historias de niño, perdón, quise decir Pablito, constituyen un valioso aporte al rescate cultural dominicano, particularmente de todas aquellas tradiciones, creencias y leyendas que se forjaron en las comunidades serranas de Jánico, Sabana Iglesia, San José de las Matas, y en toda la franja norte de la Cordillera Central a lo largo de siglos.

Al fin de cuentas, no hay misterios en La Sierra, sino el encanto y la magia de una cultura y el embrujo de unos personajes que si bien fueron vencidos por las máquinas, por las luminarias urbanas, por los puentes y los muros, aun añoran volver a vivir en el hogar de las ciguapas, a andar en burros, a beber agua de la tinaja, aunque eso implique no barrer en viernes santo ni bañarse en el río, y que la ciencia se niegue a explicar los acertijos de los hombres y las mujeres que viven en el campo.

Muchas gracias.

PRESENTACION DEL LIBRO “LOS MISTERIOS DE LA SIERRA”. AUTOR: LUIS ALFREDO COLLADO. 
COMENTARIOS DE LA OBRA: TONY RODRIGUEZ.

ALIANZA CIBAEÑA, 22 DE SEPTIEMBRE DE 2015.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

UN VIAJE AL IRAZÚ ENTRE HISTORIAS DE FANTASMAS Y LA MAGIA DE ESTAR SOBRE CENIZAS

Visitantes dominicanos Colectivo Irazú, en Costa Rica
Costa Rica.-  Nuestro propósito era llegar temprano al Aeropuerto Juan Santamaría, ubicado en la provincia de Alajuela, a unos 30 minutos del centro de San José, y particularmente al hotel Don Carlos, donde nos alojamos.

El aterrizaje fue impactante, algunos pasajeros creyeron que el avión de Cóndor Air, procedente de Santo Domingo, y un poquito más lejos, desde Frankfurt, había tenido alguna anomalía, por el toque brusco que tomó por sorpresa a quienes esperaban posar en tierra como en Alfombra de Aladino.
Jóvenes soñadores, estudiantes universitarios adscritos al Colectivo Irazú, llegando a un destino de turismo ecológico, donde los feroces volcanes son centros de visitación de millones de personas de todo el mundo.

Amaneciendo estábamos en San José.  Dos viejitos posaban como espantapájaros a la entrada del hotel.  Las pisadas hicieron sonar el piso de madera, y de una vez el ambiente matizado por esculturas, piezas antiguas como un fonógrafo, las caras talladas de indígenas y los lienzos pictóricos hacían presencia por todos lados.

Don Carlos podía ser el nombre de un fantasma, o tal vez del fundador del hotel.  Cierto o no, hay leyendas de un gringo que toca las puertas de las habitaciones, que se asienta en las camas de los turistas y hasta acompaña a las mujeres en el baño.

Cuatro días de dormir y no dormir en el hotel.  Las mujeres estaban atentas a las pisadas de los sobre techos y las escaleras, había una que aseguraba haber visto unos pies cuando estaba en el baño y otra que vio una sombra moverse en el patio.

Cuánto reír y sufrir aquellos comentarios e historias relatados por el grupo de estudiantes, algunas con un pavor que hasta a quien las contaba erizaba los pelos.

El penúltimo día de la excursión, fuimos al volcán Irazú, a pisar las cenizas del gigante de Cartago, a tratar de descubrir su lava verde, a desafiar el clima de sol activo y nubes de frío.  Pero en el camino nos interrumpió el Sanatorio Durán, lugar de leyendas fantasmales, de vibraciones y apariciones reputadas en medios informativos, documentales y videoclips.

Museo Sanatorio Durán
Había que pagar para entrar, eso desinteresó un poco a los estudiantes, no estaba en el presupuesto un doble tributo, mejor pagar por asistir al volcán.  Pero la lluvia de tentaciones nos hizo parar en el mirador, desde donde podíamos ver las edificaciones el sanatorio, ahora convertidas en museo.

Las fotografías dominaron el ambiente, alguien dijo que a través de fotografías se habían descubierto espectros de monjas y curas, y hasta de niños que en algún momento estuvieron confinados en el sanatorio para tuberculosos.  Debieron ser días difíciles para aquellos pacientes que por ser víctimas de una contagiosa y mortal enfermedad, eran llevados por la fuerza a aquella mazmorra.

Cada uno con su testimonio.  Quien suscribe, sintió que se removía el piso desde donde hacía las fotos. Posteriormente el celular vibró y era insólito, porque no había señal que pudiera justificar tal vibración.  Solo un testimonio para rimar con los mitos y leyendas del lugar.

Volcán Irazú.
Uno de los lugareños narró que un artista que acudió a grabar un videoclip al museo-sanatorio, quedó impresionado al descubrir unas imágenes espectrales que no eran propias de efectos tecnológicos ni nada que el editor hubiera querido provocar. Simplemente fantasmas o parte de la mitología que el lugar arraiga.   

Seguimos en ruta al Irazú con los abrigos empuñados, nada era más importante para el grupo, que concluir la gira en el imponente volcán.  Al llegar al parque natural, una cabina con un empleado que fiscalizaba las entradas.  Nos bajamos de la buseta para hacernos la foto oficial del grupo, con las inscripciones que daban la bienvenida al volcán.

La neblina nos sobrecogía, el frío acompañaba a un sol que disimulaba su presencia.  Una lluvia ligera espantó a los jóvenes que tras la efímera sesión de fotografías corrieron hacia el vehículo para continuar la marcha.

En minutos ya estábamos a los hombros del Irazú a 3,432 metros sobre el mar.  Sus gargantas estaban secas, el fenómeno del Niño ha espantado las lluvias en Centroamérica, y del volcán solo dan testimonio las cenizas.  Un ambiente blancuzco, una temperatura de ocho grados Celsius, un sol que parte pieles y que disimula no estar ahí en la niebla.

Las cámaras plasmando la magia del ambiente, los jóvenes exponiéndose en las más variadas poses, las brumas, las cenizas, el frío, el calor, las gargantas secas del Irazú, nos hicieron olvidar por un momento las historias de fantasmas y el miedo a las alturas.